10.3.09

cartas de color

[...]
¿Dónde estará ahora mi sobrino Yoghurtu Nghé, que tuvo que huir precipitadamente de la aldea por culpa de la escasez de rinocerontes?

Si pudiera encontrarlo…
Si de algo me sirviera la infalible agudeza de mis sentidos… como aquella noche, lo recuerdo perfectamente: Yo me encontraba a cien pasos de la choza del jefe Afobutu.
En medio de la oscuridad de la noche mis ojos distinguieron una forma humana entrando furtivamente en la choza del jefe… ¡Eso es vista!
Comencé a acercarme… mis oídos percibieron el cuchicheo de dos voces, y jadeos… jadeos casi imperceptibles que provenían de la choza del jefe. ¡Eso es oído!
Recordé que el jefe Afobutu se había ido de cacería por una semana dejando sola a su mujer en la choza… y sospeché algo raro. ¡Eso es… olfato!
Llegué hasta la puerta misma de la choza. En la oscuridad palpé un escudo de guerrero y una lanza apoyados contra el muro y mis dedos… reconocieron que ese escudo y esa lanza, ¡no eran del jefe Afobutu! Eran de mi sobrino Yoghurtu Nghé…
Entonces me alejé, tratando de no incomodarlos… ¡Eso es tacto!

¿Dónde estará ahora mi sobrino Yoghurtu Nghé, que tuvo que huir precipitadamente de la aldea cuando el jefe Afobutu volvió de su cacería dos días antes de lo previsto, por culpa de la escasez de rinocerontes?

testo: les luthiers

2 commenti:

Anonimo ha detto...

in realtà a lui dei rinoceronti non gliene è mai importato nulla...e il viaggio ha consentito a tutti grandi dimostrazioni di affetto...bellissimi i testi dei luthieres peccato che non ho l'audio...

farlocca farlocchissima ha detto...

sempre percependo i sensi sensati?